MARTI PALLAS / ELOY PEREZ LAGAGA
Casi nada en Stranger Things sucede por azar. Todo parece estar ahí por algún motivo. A veces es más evidente, y otras menos. Sucede que incluso puede estar profundamente oculto, como ese demogorgon que surge de las entrañas del pequeño pueblo de Hawkins. La lista de guiños a los años ochenta que los creadores de la serie han incrustado es infinita. Pero está hecha con un objetivo: seducir por igual a jóvenes y adultos. Quienes hayan crecido con ET o Los Goonies o hayan escuchado infinitas veces en su reproductor «Every Breath You Take» de Police pensarán, viendo la serie, que se hallan en un carrusel que gira hacia épocas pretéritas. Y así es. Este libro trata de echar un poco de luz sobre una serie que no habla más que de aventuras y monstruos pero que está construida con algunos de los mejores referentes del cine y la televisión de los años ochenta. Destila amor por un modo de narrar historias propias de una época y recordarlas con una pizca de nostalgia nos acerca más a la felicidad.