«Hay ciertas cosas que no puedo contar a nadie, excepto a la gente que ya no está aquí».
Todo comienza con un trabajo de Lengua: escribirle una carta a alguien que haya muerto.
Laurel escoge a Kurt Cobain porque su hermana lo adoraba. Y porque él murió joven, como ella. En poco tiempo tiene un cuaderno lleno de cartas a Judy Garland, Amy Winehouse, Heath Ledger y muchos otros. Sin embargo, no se las entrega a su profesora. Les escribe sobre el comienzo del instituto, sus nuevas amistades, su primer amor y sobre cómo está aprendiendo a vivir ahora que su familia se ha roto.
Y sobre lo que ocurrió cuando su hermana aún estaba viva.
«Querida Ava: tu libro me ha encantado». EMMA WATSON