Un libro que ¿predice el futuro? Tal vez, no lo sabemos, pero describe la mar de bien el maldito presente.
Antes de la nueva glaciación, una voz habla, cuenta, escribe... Y lo hace desde un espacio y tiempo indeterminados. ¿Su presente, nuestro futuro?
Una voz libre de ataduras y sin pelos en la lengua que no se siente representante de nada, ni siquiera de sí misma.
Un monólogo afilado que en realidad es un diálogo con un lector -¿improbable?, ¿nosotros?-, a quien guía por un laberinto de pensamientos y observaciones cuidadosamente dispuestos en la página que, como los objetos cargados con cargas del mismo signo, pueden repelerse entre sí y generar tensión.
Un alegato contra la estupidez y a favor de reírse de uno mismo, como plantea Herman Melville en el texto escogido para la contraportada:
«Sin embargo, una carcajada es cosa estupenda, aunque un bien demasiado escaso; lo que es una lástima. De modo que si cualquier hombre se ofreciese como material para una buena broma, no lo desalentéis; por el contrario, animadlo a ello y dejadle que la gaste y se la gasten. Y quien tenga siempre ganas de reírse de sí mismo, tened por seguro que hay más en ese hombre de lo que quizás imaginéis».
Rodrigo García consigue detectar, como pocos, las paradojas de nuestro tiempo y expresarlo sin consuelos, ni ornamentos, y sin acomodarse a la mayor parte de las servidumbres a las que nos sometemos ya sea en lo ideológico y en la imposición de lo considerado políticamente correcto.
Libro a libro se exhibe nuestras miserias con un humor corrosivo, combinando lo cultivado y lo baldío, siempre insobornable y lejos de la autocensura.