La decisión de comenzar una vida en el campo será una semilla que dará sus frutos: un viaje iniciático como alegoría de una actitud vital. En «Dar el salto» nos sumergimos en una aventura de evolución y de aceptación que marcará la línea a partir de la cual
afrontar la convivencia en una nueva comunidad. La resistencia del entorno a los cambios y a una inminente metamorfosis es contrarrestada a través de dos poderosos artilugios: el arte y la cultura, como salvoconductos para lograr la paz, la armonía y la felicidad.
En todo tiempo convulso hay un momento en el que lo viejo aún no ha desaparecido y lo nuevo no termina de llegar. En ese punto de infexión, P.M Alba se detiene para abordar con profundidad y humor las grandes cuestiones universales del crecimiento personal. Con su mirada reveladora consigue fusionar unas sutiles ilustraciones a un texto provocador, logrando integrar en una misma obra la pintura, la poesía y el pensamiento crítico. Dar el salto nos invita a ahondar en nosotros mismos, haciendo propio un relato que hoy adquiere más sentido que nunca.