La noche del 23 de julio de 2008, un hombre fue arrollado por un tren de la línea Metro-North de Nueva York justo antes de llegar a la estación West 254th Street del Bronx. «El maquinista declaró ante la Policía que el hombre estaba solo y que saltó», escribe Sarah Manguso con implacable claridad en la primera página de este libro. «Los agentes de las fuerzas del orden retiraron el cuerpo de las vías y no encontraron identificación alguna. A los 425 pasajeros del cercanías se los trasladó a otro tren, lo que les ocasionó un retraso de veinte minutos.» El cuerpo resultó ser el de Harris Wulfson, un músico e ingeniero de software amigo de Manguso.