Publicada en 1909, la primera novela larga de Carmen de Burgos transcurre en Rodalquilar (Almería), el pueblo natal de la autora, donde la vida transcurre en paz al margen del mundo moderno. Sin embargo, todo se verá alterado tras el naufragio del vapor Valencia, cuyo cargamento de naranjas quedará esparcido en la playa ante la mirada de todo el pueblo. La autora rememora este hecho histórico para describir con acierto el ambiente rural de la época, donde aún perviven las costumbres ancestrales y las fuertes contradicciones sociales, pero elevando la realidad a un plano mítico, para tejer una parábola intemporal sobre el amor y la justicia. El prodigio de su estilo, que alterna magistralmente el tono lírico y el estilo periodístico, convierte a esta novela en una auténtica joya literaria.