Muchos de quienes sobrevivieron a la guerra civil, pasaron hambre en la posguerra, buscaron prosperar en los sesenta y ayudaron a sus hijos y a sus nietos durante la crisis de 2008, acabaron muriendo solos durante la pandemia que estalló en 2020. Eran los niños de Franco en los que se centra este libro. Los menores se distancian generacionalmente de los adultos. De un lado, por su mayor vulnerabilidad ante escenarios extremos como las guerras, las posguerras, las hambrunas, los exilios o las dictaduras. De otro lado, por la subestimación que suelen hacer del riesgo. Ello los convierte en víctimas de la violencia, la carestía y los desplazamientos y, a la vez, en sujetos con capacidad para actuar, adaptarse, sobreponerse e influir sobre su entorno. A través de la escuela, la cotidianeidad en sus pueblos de colonización, el hambre y las enfermedades durante los años cuarenta, el trabajo que se vieron obligados a desempeñar, la experiencia del exilio en Francia o las prácticas desobedientes (a menudo políticas) este volumen se acerca a lo que significó ser niño bajo el franquismo. Al analizar tanto los discursos oficiales sobre los menores como las experiencias de aquellos que vivieron y crecieron durante el periodo 1939-1969 el libro ofrece una imagen compleja y matizada de la infancia durante el régimen de Franco. Así, muestra que los niños del franquismo se movieron entre el adoctrinamiento, la pobreza y la picaresca. Todo ello permite ofrecer respuestas para avanzar hacia una mejor y mayor comprensión de la dictadura en su conjunto.