Constance ha llevado una vida alejada de su familia y de Irlanda hasta que recibe la noticia de que se está muriendo. Decide entonces regresar a su casa de la infancia en un próspero barrio de Dublín para morir a su manera. A lo largo de este proceso, repasa su vida alternando el lento declive con episodios del pasado y apura los días escribiendo su historia, decidida a reclamar su particular victoria frente a la muerte.