Un libro sobre las distintas fracturas emocionales por las que todas las mujeres transitan en algún momento de su vida.
El último libro de una de las nuevas voces más apreciadas del panorama literario españolTal y como confiesa la protagonista de uno de los cuentos, lo difícil no es envejecer, sino empezar a hacerlo. Y es ahí donde se sitúan la mayoría de las mujeres que pueblan estos relatos, mirándose al espejo y pensando: «Esa no soy yo»; pero al mismo tiempo sintiendo aún en su interior un latido de lo que fueron que no les deja rendirse. Así pues, las descubriremos en esa extrañeza ante un cuerpo que cambia, la ansiedad frente la decadencia física, la melancolía por la idealización del pasado, la rutina de las relaciones conyugales o la sensación de no encontrar su sitio.
Este libro constituye un suspiro colectivo y a la vez muy íntimo de mujeres que se preguntan dónde quedaron sus sueños, que no se reconocen en el reflejo de los escaparates, que intuyen que la vida se les escapa y sienten la urgencia de aprovecharla.
Un libro que nos habla sobre algunas de las muchas fracturas emocionales por las que toda mujer transita a lo largo de su vida.
«Una de las voces más atractivas de la literatura de nuestro país nos propone un libro en el que, como ocurre con la buena literatura, consigue provocar el efecto del reconocimiento.» Àngels Barceló
«Ojalá 2022 me depare muchos libros como este. Sus historias se arremolinan en las manos, sospecho que escribe para hablar conmigo. Ese es mi nivel de embeleso. Qué librazo.» Juan Manuel gil, escritor
«La autora retrata el punto exacto donde se encuentra la grieta de cada personaje con el estilo pulcro que ya descubrimos en La casa del padre.» Najat El Hachmi, escritora
«Karmele Jaio nos regala estos relatos llenos de miradas íntimas edición de mujeres que sienten que la vida se les escapa. Y esa manera de escribir de la autora
» Maribel Verdú, actriz
«Humor, ironía, ternura y belleza se conjugan en un lenguaje literario que hace de estos cuentos una lectura nutritiva y entretenida.» Edurne Portela, escritora