Un movimiento de vanguardia que creyó en el cine como un territorio amplio, insospechado y fértil donde se podían sembrar ideas, formas novedosas y pensamientos inquietantes. Que conquistó una nueva dimensión poética en el arte cinematográfico al abandonar los grandes estudios de producción y sus procedimientos técnicos para abrirse a la improvisación trabajando con actores no profesionales y con guiones apenas delineados, pero con la convicción absoluta de que así se inventaban las nuevas formas para expresar la sensibilidad de un mundo nuevo. Gustavo Provitina traza una línea que va desde de los hermanos Lumiére a la redacción de la mítica revista Cahiers du Cinéma para analizar con profundidad las películas que reestructuraron la toponimia del arte cinematográfico, deteniéndose en cada uno de los grandes artistas que hicieron de cine un lugar al que acudimos para despertar.eless, at a simple glance, his places could very well occupy an existing reality in some sort of parallel universe; these are places we?ve never visited and yet spaces which, with their materiality and familiar characteristics, stir our