«Orígenes religiosos del Estado en Europa» es un fascinante análisis de cómo el catolicismo influyó en la creación de los países actuales del Viejo Continente. Aunque las teorías clásicas señalan la guerra moderna y los pactos entre gobernantes y gobernados como factores clave, este libro presenta una perspectiva innovadora: el clero, en su lucha por preservar su independencia, sentó las bases del derecho y estableció precedentes esenciales para las estructuras gubernamentales y la representación parlamentaria.
La Iglesia fue el actor político más influyente y organizado de la Edad Media. Los conflictos papales, las excomuniones y las instituciones eclesiásticas moldearon la evolución de los Estados, fragmentando el poder territorial y favoreciendo la autonomía urbana. Grzymala-Busse subraya cómo las innovaciones eclesiásticas, como cancillerías, fiscalidad, tribunales y consejos, fueron integradas por los gobiernos, consolidando el desarrollo del sistema moderno.
Con una narrativa accesible y rica en evidencia histórica, Anna Grzymala-Busse invita a reconsiderar el papel del catolicismo a lo largo de los siglos, mostrando cómo sus disputas y reformas influyeron en las instituciones seculares. Este estudio revela los cimientos de la Europa moderna, lo que la convierte en una obra esencial para entender la verdadera magnitud de la influencia religiosa en la configuración del poder político.