Este volumen es un cuaderno de trabajo; un compendio de consejos, reflexiones, recomendaciones y sugerencias sencillas para adentrarse en la escritura dramática. Me encanta tener cuadernos. En italiano se alude a la brutta copia, en francés al cahier de brouillon. Como estudiante, la expresión “pasar a limpio” resuena a tarea de muchas horas de apuntes escritos en las clases de la universidad. Esas notas, tomadas a mano, tachadas o subrayadas, son testigo de un camino pedagógico. Durante los últimos veinticinco años de docencia en la RESAD (1999-2024), he podido compartir procesos de escritura, leer escenas, analizar proyectos y tutorizar trabajos prácticos de final de estudios de mi alumnado de Dramaturgia, con los que he constatado que revisar, corregir y retocar el material son tareas esenciales. Mi experiencia como dramaturga y mi tarea académica han sido un puente constante de ida y vuelta entre la teoría y la práctica. Estoy convencida de que el trabajo de pulido y de revisión del material es definitivo para diferenciar una obra con hallazgos, con ingenio y con interés, de una obra que aspira a perdurar: porque escribir es algo que hacemos de forma espontánea, pero corregir requiere técnica y oficio. Es bastante sencillo detectar los problemas de composición de una creación.Lo difícil es saber cómo subsanarlos. Para ello hacen falta, además de tenacidad y constancia, capacidad analítica y herramientas técnicas; precisamente lo que aspira a brindar este cuaderno.