La pandemia ha alterado nuestra visión del mundo. Ahora, más que de un «mundo común», deberíamos hablar de muchos «mundos» que se superponen. Para que la vida sea digna de ser vivida es necesario reivindicar nuestra interdependencia y adquirir un compromiso firme con el planeta y sus habitantes, humanos y no humanos, para respirar en un auténtico «mundo común».