Los versos de Guille Galván, como las letras de Vetusta Morla, son textos de ida y vuelta. El lector inquieto va y viene, se sumerge entre las palabras, las hace suyas, las deja escapar, las reinventa y entre tanto atrapa una metáfora, una imagen, y la agarra fuerte para enlazar significados. Ahí está la magia del autor, en dar juego dejándose ver pero sin ser descubierto.
Retrovisores es un libro circular, en cada página está esa mirada a lo que se acerca desde atrás o a lo que dejas tras de ti. Un trayecto vital dividido en siete partes donde los poemas giran en torno a los temas que conforman el imaginario de toda una generación: las ciudades, las películas, las canciones, lugares donde esconderse, labios, o eso que hay fuera y no vemos, trazando un viaje reconocible.
A Guille Galván (Madrid, 1980) lo conocemos como escritor de canciones y guitarrista de Vetusta Morla, banda con la que ha viajado por Europa y Améri- ca, recibiendo numerosos premios y reconocimientos. Además, colabora perió- dicamente con publicaciones como Líbero, Cabeza Borradora o Rolling Stone.
Las canciones son artefactos en donde música y letra se unen de forma indisociable, generando salvoconductos emocionales perfectos.
Ya sabíamos que sus canciones mantenían una pugna con el lenguaje poético, ahora nos lo confirma desde el otro lado del ring. Ya nadie duda que poesía y música se abrazan cuando el combate está igualado.