Richard Strauss decide permanecer en la Alemania nazi y aceptar la presidencia de la Cámara de Música del Reich con el propósito de proteger a su familia, asegurar el estreno de su ópera La mujer silenciosa, cuyo libreto ha escrito el judío Stefan Zweig, y favorecer la cultura alemana. Acusado de colaboracionista, al final de la guerra será sometido a un proceso de desnazificación que durará más de tres años.