Se suele recordar a Katherine Mansfield, autora consagrada del
modernismo literario inglés, por su estrecho vínculo con la enfermedad,
por su trágica y temprana muerte, por pasajes de sus diarios que
en realidad no son tales, sino que fueron producto de la selección y
edición que hizo su marido y albacea, John Middleton Murry.
Gracias a las recientes investigaciones literarias, hoy tenemos
acceso a los textos originales de Mansfield y podemos asegurar que
no escribía diarios como nos hizo creer su marido, sino cuadernos en
los que aparecen fragmentos de cuentos, borradores de cartas, recetas,
listas de gastos, poemas, entradas de diario. La mayoría de estos
textos inéditos en castellano aparecen por primera vez en Sopa de
ciruela, traducidos directamente de las transcripciones de los más
de cincuenta cuadernos que Mansfield dejó tras su muerte, a los
que se suman una selección de cartas, textos encontrados en papeles
sueltos, cuentos publicados en diversas revistas, apuntes de un
viaje por el interior de Nueva Zelanda y algunas recetas de cocina.
Sopa de ciruela se inspira en la comida como refugio, en la escritura
como alimento vital; y la cuidada selección de estos textos
nos permite conocer una faceta oculta e impostergable de la obra de
Katherine Mansfield.
Se suele recordar a Katherine Mansfield, autora consagrada del
modernismo literario inglés, por su estrecho vínculo con la enfermedad,
por su trágica y temprana muerte, por pasajes de sus diarios que
en realidad no son tales, sino que fueron producto de la selección y
edición que hizo su marido y albacea, John Middleton Murry.
Gracias a las recientes investigaciones literarias, hoy tenemos
acceso a los textos originales de Mansfield y podemos asegurar que
no escribía diarios como nos hizo creer su marido, sino cuadernos en
los que aparecen fragmentos de cuentos, borradores de cartas, recetas,
listas de gastos, poemas, entradas de diario. La mayoría de estos
textos inéditos en castellano aparecen por primera vez en Sopa de
ciruela, traducidos directamente de las transcripciones de los más
de cincuenta cuadernos que Mansfield dejó tras su muerte, a los
que se suman una selección de cartas, textos encontrados en papeles
sueltos, cuentos publicados en diversas revistas, apuntes de un
viaje por el interior de Nueva Zelanda y algunas recetas de cocina.
Sopa de ciruela se inspira en la comida como refugio, en la escritura
como alimento vital; y la cuidada selección de estos textos
nos permite conocer una faceta oculta e impostergable de la obra de
Katherine Mansfield.