Hace tiempo que perdimos la fe en la idea de que las personas podríamos alcanzar la felicidad humana en un estado futuro ideal. Pero, aunque hayamos perdido la fe en las utopías, lo que no ha muerto es la aspiración humana que ha hecho que ese tipo de imagen resulten tan cautivadoras. De hecho, dicha idea está resurgiendo de nuevo como una imagen centrada ya no en el futuro, sino en el pasado: un pasado abandonado y redivivo que podríamos llamar retrotopía.
Fiel al espíritu utópico, la retrotopía es el anhelo de rectificación de los defectos de la actual situación humana, aunque, en este caso, resucitando los malogrados y olvidados potenciales del pasado. Son los aspectos imaginados de ese pasado reales o presuntos los que sirven hoy de puntos de referencia a la hora de trazar la ruta hacia un mundo mejor.