«Olaf Ladousse es un ARTISTA, así con mayúsculas. Acostumbrados como estamos a tanto pintamonas y tanto pisaverde sin geometría ni teología, un personaje como Olaf deslumbra y apabulla con su genio bizarro a prueba de fallos. El maldito gabacho resulta ser de esa suerte de personas bendecidas por el buen gusto que todo lo que hacen lo hacen bien. Muy BIEN y muy RARO en el caso concreto de este elemento de lengua de trapo, que lo mismo te monta una deriva cartelista, te estampa una serigrafía que no es de este mundo, te construye una joya sonora en un pispás». Galcatus para la revista Étapes.